Era un día soleado y soplaba un aire caliente y muy especial. La tarde estaba realmente increíble. En eso apareció un hombre delgado de casi 30 años, con ojos almendrados con un verde espectacular, era un hombre nunca antes visto un verdadero Dios.
Tenia una piel bronceada realmente era un ser muy especial era tan diferente a todos los hombres con los que me había visto.
Él estaba ocupado en sus actividades pero una voz en su interior le dijo que volteara a verme que yo era esa chica especial que tanto había buscado.
Su mirada llego en un momento crucial mi temperatura se elevo al ver ese espectacular y realmente interesante hombre.
Nuestras miradas se cruzaron como por arte de magia para este hombre yo era la mujer más hermosa del universo y para mi el era el hombre mas guapo del planeta. Me daban ganas de ir hacía él, verlo a los ojos y decirle cuanto me había gustado sin embargo para mi sorpresa mis bellos movimientos corporales y mis labios carnositos que respiraban un olor a fruta fresca de la pasión le dijeron todo lo que debía saber de esta bella dama. Era increíble ver como podía leer mi mente y como podíamos comunicarnos mutuamente sintiendo una emoción desmedida como si miles de sensaciones eléctricas se cruzaran para producir una bomba de tiempo,espacio y cachondes desmedido.
Nos gustamos al instante y sin pensarlo los dos ya nos habíamos hecho el amor varias veces, una ráfaga caliente hizo en nosotros un sin fin de sentimientos, era tal nuestro magnetismo que atraíamos todo a nuestro paso.
Este hombre joven e interesante en todos aspectos llego a mi corazón, a mi vida para apagar ese fuego que se avivaba en mi cada vez que él estaba cerca. Solo él con ese toque característico avivaba ese fuego incandescente, esa lava que hacía un mar de fuegos artificiales y volcánicos en mí yen él.
Después de ese día nos volvimos a ver y continuamos avivando más la llama de nuestro deseo,amor y amistad.
Escrito y publicado por Gaby Reyes
Derechos de autor 03-2007-120713021100-14
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